domingo, 21 de agosto de 2011

Día dos: Glasgow (Parte uno)

El segundo día, después de hacer noche en el hostal (y quemar una resistencia de la jarra-tetera), salimos hacia el centro de Glasgow en uno de los pocos días soleados que tuvimos durante el viaje.
Aquí empezaron nuestras primeras probatinas con el inglés, luchando por entender el terrible acento de la gente de Glasgow ("Choquey" en vez de It's OK; "estrey tu te riba" en vez de Straight to the river, o "yu on jolei?" en vez de Are you on holiday?).
Glasgow es la ciudad más grande de Escocia, cuenta con casi 600.000 habitantes y es una referencia cultural obligada a nivel europeo; es cierto que no puede competir a nivel turístico con Edimburgo, pero también tiene su encanto, y disfrutamos de nuestra estancia allí a pesar de que fue corta.

Básicamente, paseamos por el centro, donde pudimos ver, por ejemplo, la tolbooth steeple, una torre situada en el Glasgow Cross (en tiempos el cruce de calles más importante de la ciudad) que es lo único que queda del antiguo edificio Tolbooth, que en su día albergó el ayuntamiento y la prisión de la ciudad.

Un par de fotos de la tolbooth steeple

Nos llamó la atención la cantidad de iglesias que hay repartidas por toda la ciudad, y la manera en que muchas son reutilizadas (esto no sólo en Glasgow, también lo vimos en Edimburgo) convirtiéndolas por ejemplo en restaurantes o incluso en viviendas.

También pudimos probar nuestros primeros pasteles de carne o scotch pies, dar un paseo por el sighthill park, y disfrutar de nuestro primer fish and chips (por cierto, grasiento hasta rebentar) y nuestra primera (y única) barrita de Mars frita, sentados en George Square, la plaza más popular de la ciudad, donde fuimos acosados por gaviotas y palomas.

De paseo por el parque

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