viernes, 12 de junio de 2009

Sinceridad y falsedad aplastantes

Hola a todos, amiguitos del campo. Hoy vengo a hablaros de la sinceridad y de la falsedad. Por qué? os preguntaréis. Pues porque lo vivo muy de cerca, ya que soy agente comercial.

Ejemplo de falsedad:
A veces entro en una tienda y pregunto por el responsable de publicidad. La sonrisa de dicho responsable es deslumbrante. Incluso si es mujer se arriesga a darme dos besos de manera muy efusiva. Me dice que sí a todo y cuando me voy se limpia el ojete con las tarifas de Tele Teruel.
Ejemplo de sinceridad:
A veces entro en una tienda y pregunto por el responsable de publicidad. La sonrisa de dicho responsable desaparece en cuanto le digo quién soy. Incluso parece que le da grimilla darme la mano o si me la da parece una polla fláccida. Me dice que no le voy a engañar y que la tele no la ve nadie y cuando me voy se limpia el ojete con las tarifas de Tele Teruel.


El ser humano es así, sincero hasta la médula o tan falso que da asco mirarlo.
Como cuando conoces a alguien que te cae mal instantáneamente. Nadie es simplemente cortés en esos casos. O le dices que te da diarrea de mirarle o le ríes todas las gracias de un modo sospechosamente pelota porque tu colega/hermano/novia se lleva de puta madre con esa persona.
O como cuando una amiga tuya se compra la camiseta más fea del mundo (tan fea que incluso tú, que llevas camisetas de "Teruel al natural" y de "Repsol", te das cuenta), y te pregunta que si te gusta. En la mayoría de los casos dirás que le queda bien porque en el fondo albergas la absurda esperanza de calzártela, pero también puedes ser un hijo de puta sin corazón y decirle que su camiseta nueva es más fea que el perro de un taller.

A lo mejor algún día encontramos el punto medio.
O no.

By: elSabe

No hay comentarios: