Rememberanzas

Hola otra vez muchichos. Esta entrada no es (cosa rara) para ninguna chorrada, sino para compartir una especie de... poemilla que acabo de leer. Me ha gustado tanto que he pensado que le podría molar a alguien más. Ahí va:

Recuerdo cuando jugábamos con palos y piedras y moscas atrapadas en los frascos de tu madre. Recuerdo tu primer chichón y mi primer diario con candado y llavecita de metal. La vida era nueva, grande y de color crema.

Tú querías ser princesa; yo, manzana. Tu ausencia de mordiscos me llevó después a querer ser taxista en Nueva York, mientras tú te empeñabas en seguir encerrada en tu misma torre (custodiada por aquel dragón de llama de mechero Clipper), a la espera de ese príncipe azul que no era yo.

Recuerdo construir taxis con cajas de Fontaneda, con mi Kent llevando a tu Barbie a la Puerta del Sol de la cocina. Mi tercer pelo en la barbilla; tu carpeta nueva forrada con fotos de Kirk Cameron.

Recuerdo cuando te crecieron las tetas. Recuerdo cuando creció mi deseo por conocer tu mecanismo. Fascinante mutación (le dijo el médico a la paciente). Luego llegó el primer beso pringoso y con él, todo lo demás.

Y pasaron los años: Tú creciste. Yo, no.

Ahora eres madre de dos preciosos niños y esposa feliz de tu príncipe azul (el mismo, supongo, que consiguió ganarle la batalla al dragón de llama de mechero Clipper). Lo sé porque esta mañana te he visto, desde mi taxi de caja Fontaneda, en el parque de Berlín paseando orgullosa aquel futuro del que tanto me hablaste. Estabas feliz. Adulta y feliz. Con tus dos niños y tu marido de chaqueta azul, pantalón azul y corbata azul.

Y yo aquí sigo, ya ves... con ese mismo Kent en la guantera del taxi, un patito de goma Made in Hong Kong esperándome en casa y más de cien frascos llenitos de moscas imaginarias.

Obtenido de un blog de un taxista madrileño con sangre de poeta.
Mu recomendable, de verdad.


By Sun